Un vistazo al lado más oscuro de la música popular desde la mitad del siglo XX hasta nuestros días.

5. Bersuit Vergarabat- La argentinidad al palo (2004).

           En el tema que le da título al disco homónimo, Bersuit Vergarabat (proclives a objetivar señoritas, haciéndolas subir ligeras de ropa al escenario) consiguió captar tan fielmente las megalomanías que inquietaban a la mayoría de los argentinos que también cayó en el error de reivindicar las concepciones machistas que muchos cargan y de las cuales varios se sienten orgullosos. «Locati, Barreda, Monzón y Cordera también / matan por amor» canta su frontman, Gustavo Cordera, y se incluye en la lista como una muestra celebratoria más del ser del macho argento. No, Gustavo, por amor no se mata a quien se ama: por amor se cuida, se quiere y se protege.

           Años más tarde, el cantante y coautor de la letra confirmaría su misoginia con unas deplorables declaraciones efectuadas ante un grupo de estudiantes de la escuela de periodismo TEA, que aquí hemos decidido no transcribir.

 

4. The Beatles- Run for your life (1965).

           Parece que los Beatles abusaron de su carisma y la devoción incondicional de su público femenino, y compusieron un tema que rondaba la amenaza de muerte. El mismo tenía como eje el verso de una canción de su ídolo Elvis Presley titulada Baby, let’s play house, y que decía «preferiría verte muerta, pequeña, / a que estuvieras con otro hombre«. A esta frase intimidatoria le sumaron otras del mismo tenor como «esconde tu cabeza en la arena, pequeña«, de marcada inclinación hacia la coerción de las libertadas ajenas, o «todo lo que he dicho es en serio / bebé, estoy decidido, / y preferiría verte muerta«.

            Como siempre, el narrador se justifica constantemente con los mismos pretextos: «nací con una mente celosa«, aunque no deje jamás de ratificar sus amenazas, «mejor corre por tu vida, pequeña, / (…) te atrapo con otro hombre / y es el final, pequeña«. Su autor, John Lennon, solía mostrarse arrepentido por esta obra y la señalaba como la más desagradable de su período con los cuatro de Liverpool.

 

3. Edmundo Rivero- Amablemente (1963).

           Tétrico soneto de Iván Diez acerca del revanchismo de un hombre contra una mujer por haberla encontrado con otro. La absolución del «puede rajarse / el hombre nunca es culpable en estos casos» trata, por oposición, de inculpar a la mujer y legitimar la violencia contra ella por algo que, al fin y al cabo, es solo de su incumbencia. Al  tipo se lo pinta como un canchero por martirizarla hasta sus últimos instantes, luego de lo cual le clava 34 puñaladas y ella fallece.

 

2. The Jimi Hendrix Experience- Hey Joe (1967). 

           Quizás el primer tema de rock en describir un crimen de género. La pieza utiliza cierta fórmula repetitiva del blues y se divide en tres estructuras cronológicamente consecutivas. Inicialmente el narrador se cruza con un tal Joe, quien le comenta que va a matar a su esposa, puesto que la ha visto divirtiéndose con otro hombre. Más tarde Joe confiesa que le disparó, y seguidamente se escapa al sur, hacia México, dónde nadie va a ser capaz de encontrarlo, donde ningún verdugo vaya a ponerle una soga alrededor del cuello.

            Esta historia con atisbos de run and gun se le atribuye a Billy Roberts, más se hizo conocida de la mano (zurda) de Jimi Hendrix y su banda The Jimi Hendrix Experience, quienes le imprimieron todo el dramatismo interpretativo, vocal y sonoro que ameritaba.

 

1. Guns N’ Roses- Used To Love Her (1988). 

           «Solía amarla / pero tuve que matarla» se escucha decir en esta confesión de parte sobre el femicidio de una pareja. ¿Por qué hablamos de un femicidio? Porque el narrador la asesina por su condición de mujer, por encima de la cual busca fabricar una imagen estereotipada y exculpatoria recurrente en la cultura patriarcal, la de la mujer «histérica»: «tuve que ponerla tres metros bajo tierra / y todavía puedo escucharla quejarse» intenta eximirse, de esa manera el victimario, quien asimismo agrega «me volvía loco«.

           Como si esto no fuese suficientemente fuerte, la canción de los Guns alcanza el summum de lo despreciable cuando Axel Rose, asiduo partícipe en sucesos de violencia doméstica, asevera «sabía que la extrañaría / entonces tuve que conservarla / está enterrada justo en mi patio trasero«. Sin palabras.