El año que pasamos frente a las pantallas

Reinterpretando a uno de los pensadores más determinantes de todas las épocas, podríamos decir que las obras de arte influyen directamente en los contextos en que son hechas, pero que a su vez, son aquellos contextos y los venideros, los que muchas veces las resignifican. Esto se torna todavía más visible en momentos aciagos como el del 2020, el año más difícil que le haya tocado atravesar a una parte considerable de la humanidad. La pandemia del COVID-19 trastocó muchas de nuestras ideas y hábitos. Al tiempo que el mundo se detenía no solo reverdecía la tierra, se depuraba el aire y cambiaban los paisajes, también lo hacían varias de nuestras prioridades, aquello a lo que le dábamos valor.

Se producía una fractura espacio-temporal entre dos facetas de la sociedad, aquellos que debían quedarse en sus casas, para los cuales el paso del tiempo adquiría otro cariz al que solían estar acostumbrados y la disponibilidad del espacio hogareño otra envergadura, mientras por otro lado los trabajadores esenciales liderados por los médicos, para quienes el tiempo corría a pasos agigantados, en jornadas agotadoras para salvar vidas, con el peligro siempre circundante de la exposición al virus en situaciones de saturación emocional y de pocos recursos disponibles.

Esenciales y los que no lo eran, estuvieron menos conectados por la presencialidad o por los medios de transporte, que por el internet y los medios de comunicación. Todos nos guardamos del virus, nos encerramos en nuestras casas, pero le abrimos las puertas a la dimensión digital y dejamos que entraran las redes sociales a la intimidad de nuestro hogar, como nunca antes lo habíamos hecho. Numerosos procesos tuvieron que ser digitalizados para poder realizarse en remoto. Transmitimos y nos transmitieron de todo: cómo sobrellevábamos la pandemia, los encierros, las noticias y las fake news, el pánico, la enfermedad y los pasatiempos en aislamiento. Fue el año que más tiempo pasamos frente a nuestras pantallas, si a eso además se le suman las horas de trabajo remoto de millones de personas frente a sus computadoras y celulares. Aplicaciones como Tik Tok difícilmente hubiesen tenido el boom que tuvieron de no haber sido porque estábamos aislados y sentíamos la necesidad de no estarlo. Intercambiamos seguridad por privacidad, quizás para poder procesar una realidad sin precedentes de cómo hacerlo.

Paradojalmente en tanto las industrias culturales ingresaban en crisis económica por estar vedada la presencialidad de espectáculos, recitales, muestras y exhibiciones, los entretenimientos culturales se tornaban más vitales para dejar a un lado la angustia y el tedio. Se cancelaron los rodajes fílmicos y las grabaciones de estudio, pero aumentaron las ocasiones de visionados y las escuchas en el hogar. Así como el virus mutaba para sobrevivir, la industria tuvo que reconvertirse para mantenerse a flote. Se multiplicaron los conciertos benéficos de las superestrellas y los recitales a la carta por streaming de los artistas más mundanos. En el cine muchísimas películas pospusieron sus estrenos, mientras que en la televisión se interrumpieron las temporadas, se emitieron episodios especiales (Euphoria) y otros se rodaron desde las lejanías (Mythic quest: raven’s banquet).

Insospechadamente, el contenido de las mejores series del 2020 que detallamos a continuación estuvo más alineado de lo que podía preverse con los acontecimientos de la pandemia y los meses que le siguieron. Las perspectivas feministas continuaron ganando terreno en un contexto donde muchas mujeres eran víctimas de violencia de género por parte de sus parejas, en la reclusión y el silencio del hogar. Michaela Cole trajo a cuenta un tema crucial, por medio de su creación I may destroy you: el del consentimiento en las relaciones, que también estuvo presente en otras series centennials como Grand Army y Sex education. Mrs America, producida y actuada por Cate Blanchett, recuperó la lucha de los movimientos feministas por la igualdad de género en Estados Unidos durante los 70’. Y si de igualdad hablamos, dos jóvenes promesas como Shira Hass y Anya Taylor-Joy fueron la revelación de dos historias con foco en ello. La primera, como una esposa de 19 años que huye de un matrimonio concertado bajo los dogmas cercenantes de la comunidad judía ortodoxa jasídica, los cuales asignan nulas libertades a las mujeres. La segunda como una brillante ajedrecista durante la segunda mitad del siglo XX, cuando ese juego estaba copado por los hombres y cargado de sesgo machista. El éxito de Gambito de Dama estuvo retroalimentado por un revival ajedrecístico de usuarios online durante la pandemia.

El asesinato por asfixia de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis (sitio donde, casualmente, está ambientada la saga y la película de Fargo), reimpulsó el movimiento #blacklivesmatter y dotó aún de mayor trascendencia algunas series acerca del racismo y las inequidades de origen como Little fires everywhere y The good lord bird, la biopic de uno de los mayores abolicionistas anteriores a la Guerra de Secesión estadounidense. La referida Grand Army inclusive le dedico un parlamento del guion a Floyd, cuando en una escena uno de sus personajes clama “¡no puedo respirar!”.

El planeta fútbol se conmocionó el 27 de agosto cuando, mediante un burofax, Lionel Messi hizo pública su voluntad de marcharse del Barcelona F. C. (fue el primer momento en que la palabra ‘coronavirus’ fue superada como tendencia en Google), y terminó de sacudirse con el fallecimiento del futbolista más grande de todas las épocas, Diego Armando Maradona. En ese contexto Netflix estrenó The last dance, el documental dedicado a Michael Jordan y su era dorada en los Chicago Bulls. Tim Hall, el director de relaciones públicas del club, declara en un pasaje que «desde el momento en que Michael Jordan deja su cuarto de hotel, las cámaras se posan sobre él«, y en ese sentido ese documental es un extraordinaria vía de aproximación al grado de exposición y presión con la que conviven astros como Jordan, Messi o Maradona.

Para quienes hubiesen preferido eyectarse de la Tierra ante los desastres que sobrevinieron en el 2020, las series en el espacio también tuvieron su momentum. Alex Garland se pasó a este formato con Devs (no fue el único director, el italiano Luca Guadagnino hizo lo mismo con We are who we are), un thriller enrevesado como los que le gustan a él, sobre desarrollos tecnológicos y realidades paralelas. Otro que dijo presente fue Ridley Scott, quien volvió a ponerse tras las cámaras para un par de capítulos de Raised by wolves, mientras que Hilary Swank capitaneó la primera tripulación espacial internacional enviada a Marte en Away (casi medio año después descendería en el planeta rojo el rover Perseverance, la misión más ambiciosa de la NASA, aunque todavía sin tripulanates).

Y si pensamos en otros ejemplos de producciones que hayan resignificado la coyuntura en las que les tocó aparecer, los peligros de la intolerancia advertidos por The plot against America se evidenciaron en enero de 2021 con la irrupción de manifestantes en el Capitolio de EEUU. Por otro lado, la rama de la especulación financiera, un área que es abordada por la serie Industry, estuvo en el ojo de la tormenta cuando los fanáticos del trader de videojuegos GameStop se organizaron a través de la plataforma Reddit para ir en su rescate y comprar sus acciones para elevar el precio de las mismas y así generarles pérdidas estimadas en US$5.000 millones a los fondos de inversión que especulaban con la quiebre de GameStop.


La década que se viene

¿Qué podemos esperar para el trascurso de esta nueva década? Una de las mayores incógnitas es cuándo se dará definitivamente el “peak TV”, término acuñado por el presidente del canal FX John Landgraf, para hablar de la escalada de estrenos televisivos que se suceden año a año, una burbuja de producciones que eventualmente debería estallar y desinflarse. Este año fue el primero de los últimos diez en el que hubo una desaceleración en el número de estrenos, un 7% menos que versus 2019. Teniendo en cuenta que el catalizador de esto fue un factor exógeno como la pandemia, es de esperar que en 2021 vuelva a haber una recuperación del ritmo cuya detención es difícil de prever, máxime contemplando la vigente expansión de las industrias de streaming. Por lo demás, será también la década de consolidación de una nueva camada de showrunners y sus temáticas. Apellidos como los de los hermanos Duffer, Sam Levinson, Phoebe Waller-Bridge, Lena Dunham, Donald Glover o Michaela Coel irán adquiriendo cada vez más relevancia. Lo mismo debería ocurrir con las problemáticas millenials y centennials que ellos reflejan, ligadas a los cambios en las concepciones de las sexualidades y los géneros, las inestabilidades afectivas, laborales y habitacionales, el rol de las redes sociales, y las miradas feministas y antirracistas. Falta todavía que ganen más espacio en la agenda televisiva otros temas como el medioambiental, más presente en las producciones nórdicas.

Otra de las incógnitas es quién podrá hacerse de la cuota de mercado que dejó vacante la culminación de Game of thrones, la serie más pirateada de la historia (desbancada recién en este 2020 por The Mandalorian) y quizás la que más legiones de fanáticos haya movilizado detrás de Lost y Breaking bad. HBO prepara spin-offs de esta saga de George R. R. Martin y Netflix trato sin mucho éxito de seducir a una porción de su audiencia con The witcher. Pero el gran contendiente será Amazon Prime Video con su adaptación de El Señor de los Anillos, la cual se desliza que será la más cara de la historia. Y si hablamos de trilogías descollantes también vendrán las adaptaciones de la Trilogía de la Fundación de Isaac Asimov en Aple TV, y El problema de los tres cuerpos de Liu Cixin en Netflix. Es misma productora tiene además en carpeta la adaptación de El eternauta del guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, la legendaria novela gráfica argentina que hasta ahora se consideraba “infilmable” por su complejidad, lo que la posiciona como uno de los acontecimientos culturales de este primer lustro.

Por otro lado el éxito/notoriedad de la serie de Michael Jordan seguro abrirá las puertas para el revisionismo de otras figuras del deporte. En este sentido, ya está confirmada por Amazon la biopic de Diego Maradona, la cual sin dudas vaya a acaparar la atención del público. Por último, seguirán extendiéndose las franquicias, particularmente las de Marvel y Star Wars bajo el dominio de Disney+, quien se hizo con los derechos de ambas hace un par de años.



Las mejores series internacionales del 2020

Por ahora la nueva década televisiva ha iniciado con una súbita pandemia que, si bien ha truncado momentáneamente varios rodajes, igualmente ha dejado productos de buena calidad. Este es un ranking de lo mejor que se ha emitido en el 2020, cuyas especificaciones técnicas pueden consultar, además, acá:

35. Marcella (Temporada 3 – ITV)

Empezamos con el puesto más inesperado del ranking, porque son contadas con los dedos de una mano las series que consiguen reinventarse tras una hilera de temporadas flojas. Algo de esto hizo Homeland luego de su bochornosa quinta entrega, y The walking dead en su novena, con Ángela Kang como guionista de recambio. El sueco Hans Rosenfeldt, showrunner que con su serie Bron/Broen expandió la estela de notoriedad internacional primigenia para el nordic noir que ya había conseguido la danesa Forbrydelsen, fue contratado por la cadena brtánica ITV hace casi un lustro para escribir otro policial negro asentado en aquellas islas. Sin embargo las cosas no empezaron de la mejor manera. El producto era ambicioso (una detective londinense que fuese realmente violenta, cualidad que venía estando reservada para los caracteres masculinos, engañada por un marido que la dejaba, hijos de por medio, un asesinato que la forzaba a salir de su retiro, y un secreto subyacente bajo las toneladas de ira amnésica que se apoderaban súbitamente de ella) pero no terminaba de cuajar, con un personaje principal que no podía despegarse los vestigios de la anterior creación de su autor, la prodigiosa oficial Saga Noren de Bron/Broen.
Aún así hubo renovación para una segunda temporada, la cual tuvo en su capítulo final uno de los cliffhanger más imprevisibles que se hayan visto últimamente, donde quedaba todo abierto para un giro de 180 grados en la trama a partir de un salvoconducto argumental para su protagonista Marcella (Anna Friel). Y entonces se vino la tercera, y Marcella ya no se llamaba Marcella, sino Keira Devlin, dejando de ser una mera detective para pasar a trabajar como agente encubierta infiltrada dentro los Maguire, el clan irlandés que controla los negocios sucios de Belfast. Y tantas cosas más que serían ardua de explicar y le quitarían toda la gracia a su visionado.
Los detractores argumentarán que esta parte tiene algunos hilos sueltos. Sí, es probable. Pero acaso ¿qué policial tiene todos sus flancos argumentales plenamente cubiertos u ostenta una plantilla entera de personajes actuando de la manera completamente lógica en que uno lo haría o esperaría de ellos? Casi ninguno. Eso no es lo que acá interesa. En contraposición al policial clásico, que es un policial “de proceso” donde la riqueza está en los razonamientos deductivos lógicos que conducen al investigador a dar con la solución, lo crucial para un noir es el efecto. Y esto Marcella lo cumple a la perfección, a través de una progresión trepidante de macabros homicidios, traiciones entre facciones mafiosas, misiones policiales clandestinas y una protagonista envuelta en un torbellino de trastornos de personalidad, a lo largo de los ocho episodios de esta nueva tanda.

34. The plot against America (Temporada 1 – HBO)

Una serie estrenada en el momento preciso, sobre todo teniendo en cuenta el resurgimiento de la xenofobia en Europa y el grotesco asalto al Capitolio de Washington acaecido el pasado 6 de enero, lo que demuestra una vez más cómo los contextos pueden resignificar el arte.
Philip Roth, un escritor estadounidense de ascendencia judía, clave para las letras de su país durante la segunda mitad del siglo XXI y a quien, a excepción del Nobel, ningún otro premio literario le fue esquivo, publicó en 2004 una de las más celebradas novelas ucrónicas sobre el ascenso del antisemitismo y la intolerancia en los Estados Unidos, después de que Franklin D. Roosevelt perdiera la reelección presidencial de 1940 a manos de una ficticia candidatura de Charles A. Lindbergh, famoso piloto de avión que cruzó por primera vez el océano Atlántico sin escalas y que simpatizaba con Adolf Hitler.
En esta bifurcación histórica hipotetizada por Roth, los Estados Unidos no entraban en la Segunda Guerra Mundial porque el gobierno de Lindbergh tomaba una postura neutral para dedicarse a implementar hacia el interior de su territorio un plan de segregación de la población judía. Lo que hacía tan ambicioso a este libro es que operaba a tres niveles creativos. Dentro de esta ficción alternativa, se desenvolvía una «gran novela americana» que reflejaba las consecuencias que las políticas segregacionistas tenían en la sociedad estadounidense y en la vida de una familia en especial: los Roth. Pero además de ser una ucronía y de contar con elementos autobiográficos del autor, estaba narrada desde la óptica de un joven Philip, por lo que también funcionaba como un relato de coming of age.
La complejidad exigía una producción de época acorde para llevarla a la pantalla chica, una que solo pueden emprender cadenas como la HBO, quien confió en el mítico David Simon (creador de The wire, Treme, Show me a hero y The deuce) para ejecutar tamaña tarea y en renombrados intérpretes como John Turturro y Winona Ryder para encarnarla. La miniserie acabó por ser una cuidada y fiel traslación, que tiene determinados aciertos como haber escapado de la óptica del joven Roth para apostar por una narrativa despersonalizada. Aunque quizás en pos de su fidelidad y respeto, haya perdido cierta flexibilidad en su ritmo.

33. Killing Eve (Temporada 3 – BBC America)

Tras dos temporadas, el vínculo entre la agente del M16 Eve Polastri (Sandra Oh) y la asesina en serie Villanelle (Jodie Comer) a la cual intentaba dar caza, comenzaba a rodar en círculos como un perro que se persigue la cola. Sin mucho más para aportar desde ese ángulo, era necesario dotar de más carne a las historia de los personajes secundarios para que la trama no desfalleciera a causa de una anemia narrativa. Lo que consiguió la guionista reemplazante Suzanne Heathcore fue una tercera entrega que mejora respecto a la segunda, y donde los dos mentores de las mencionadas protagonistas, la jefa del M16 Carolyn (Fiona Shaw) y el ruso Konstantin (Kim Bodnia), dan un paso adelante en cuanto a su relevancia para el show. La familia es el gran hilo conductor en esta oportunidad, por lo que descubriremos más datos sobre la de Villanelle y su infancia, los cuales serán factores decisivos para su consideración de dejar el negocio del crimen organizado. Pero… ¿podrá hacerlo?

32. The outsider (Temporada 1 – HBO)

Hace cuatro años, la HBO había estrenado The night of, una magnífica adaptación de la serie británica Criminal justice, que giraba en torno del complejo asesinato de una mujer en el Upper West Side neoyorkino, por el cual era acusado un estudiante de ascendencia pakistaní. La producción tenía a James Gandolfini entre sus nombres, el guión de Richard Price (novelista de Los impunes), contaba con John Turturro como el abogado defensor y Bill Camp como el detective.
Este año, la cadena estadounidense volvió a cargar con otra oscura historia criminal de difícil resolución, plagada también de estrellas. Repitió a Price como escritor y a Camp esta vez en el rol del defensor, y sumó a Ben Mendelsohn (Bloodline) como el detective que posa sus ojos en Jason Bateman (Arrested development, Ozark) como primer sospechoso, quién además dirigió algunos episodios. Como si esto no fuese suficiente para atraparnos, está todo basado en la novela homónima de Stephen King, lo cual hace que el caso policial vaya migrando lentamente hacia una trama sobrenatural, como nos tiene acostumbrado con sus obras el oriundo de Maine. Se trata de la mejor traslación a la pantalla de un escrito de King desde la sorprendente The mist hecha por Frank Darabont en 2007.

31. Devs (Temporada 1 – FX)

En 2015 Alex Garland incomodó a las audiencias con la escritura y dirección de Ex machina, una película que buceaba en los conflictos identitarios que suscitan cada vez más las innovaciones tecnológicas y las amenazas que podrían albergar las inteligencias artificiales avanzadas. Por eso, cuando se comunicó que su nuevo proyecto pasaría a ser una serie, otra vez sobre tecnología, producida por FX y transmitida por la plataforma Hulu, los radares se encendieron. ¿Qué podría traernos el también escritor de 28 days later (2002)?
Devs parte de la inquietud que ha inquietado a científicos desde el famoso gato de Schrödinger: ¿la realidad es una sola o existen infinitas múltiples realidades? Y otra más orden existencial: ¿en caso de ser realidades múltiples en las que se agoten todas las posibilidades concebibles, habría lugar para el libre albedrío en cada una de ellas o nuestras vidas estarían, por así decirlo, «determinadas»? Como puede intuirse, ningún planteo sencillo de encarar en una serie, y menos de resumir aquí sin destapar parte de ella. Lo importante es enfatizar que no te andas a medias tintas con ella: o la miras hasta el final o la dejas en el primer capítulo, lo cual hace difícil ubicarla en este ranking sin dejar de hacerle justicia también a sus competidoras. Y esto es porque cuenta con todas las manías garlandianos: sus obsesiones existenciales, sus fríos intérpretes (aunque con un aprobado Nick Offerman), las imágenes prístinas, los impolutos emplazamientos tecnológicos rodeados de profusos paisajes naturales, las canciones de Crosby, Stills & Nash, y un título que parece estar en idioma inglés, pero que nuevamente termina estándolo en latín, y que remite a las investigaciones clasificadas que se realizan dentro de una división secreta de una compañía tecnológica, en torno a los cuales ronda la trama. No apta para mentes inquietables.

30. Ted Lasso (Temporada 1 – Apple TV+)

El mismo año en que Netflix subía a su plataforma el documental de Michael Jordan y su reinado de hipercompetitividad en base a exigencia máxima de más de una década de duración en los Chicago Bulls, Apple TV+ subía a la suya una comedia que optaba por otra concepción del deporte, al transitar por situaciones que lamentablemente no son frecuentes en el negocio deportivo. Rebecca Welton (Hannah Waddingham) asume como propietaria del AFC Richmond, un club ficticio de la English Premier League que está buscando salvarse del descenso, para lo cual contrata a Ted Lasso (Jason Sudeikis), un DT estadounidense de fútbol americano sin experiencia previa en este otro deporte y con un completo desconocimiento de sus reglas y tácticas. El propósito de Rebecca es despiadado: pretende contratar a Lasso para hundir al club londinense del que se adueñó luego del divorcio por adulterio de su marido, y de este modo lastimarlo con lo que más ama. Pero el desembarco de Lasso y su ayudante técnico a la institución trastocarán todos sus planes. Lasso es un mánager completamente atípico, algo aparatoso, que no comprende siquiera la ley del offside y para quien lo más importante no es ganar sino los vínculos humanos.
La trama corre con paralelismos a la historia real de la máxima liga inglesa, en tanto que el AFC Richmond se parece bastante al Crystal Palace F. C., y es ineludible la referencia de determinados caracteres secundarios a ciertos ex jugadores, como en el caso de Roy Kent (Brett Goldstein) con una aspereza y hosquedad cercana a la del ex mediocampista del Manchester United, Roy Keane. Incluso el mismo Jason Sudeikis para hacer de Ted Lasso, recuperó un rol publicitario que había creado para una promoción televisiva del canal NBC Sports, cuando este transmitía la Premier League. Ideal para amantes de las “tontomedies”, como nos gusta definirlas, esta revelación trajo frescura a un año asfixiante.

29. The Eddy (Temporada 1 – Netflix)

El marketing comunicacional la promocionó como «la serie de Damien Chazelle». Pero lo cierto es que el libreto pertenece a Jack Thorne, y que Chazelle solo se ocupó de filmar los dos primeros episodios con sus inconfundibles cámaras en excitados movimientos de un lado hacia el otro, siendo el resto de los mismos dirigidos en idénticas proporciones por Houda Benyamina, Laïla Marrakchi y Alan Poul. Pero más importante aún, es que la serie constituye en sí misma un triunfo sobre la visión meritocrática del arte y ávida por el éxito comercial del director de Whiplash (2014) y La la land (2016).
¿Por qué? Porque nos adentra en las noche de “The Eddy”, el club de jazz parisino que el venerado pianista Elliot Udo (André Holland) necesitó fundar tras la muerte de uno de sus hijos, cuando dejó atrás la gloria musical personal para huir de su familia y de Nueva York, esa ciudad que lo ahogaba con la idolatría que le propinaban sus pares y sus seguidores. Pero las cosas no van bien para su club, tiene contratiempos financieros y su intento de armar una banda de jazz que toque ahí en las noches y que no dependa de su apellido para grabar su primer disco, no levanta vuelo. La situación se complica todavía más cuando se ve enredado con la mafia local y su otra hija queda bajo su cuidado. Y esto es lo que mejor hace la serie, transmitir esa sensación de caos y urgencia entre ese grupo de artistas desdichados, muchos de los cuales, vale la pena aclarar, son músicos profesionales que realizan una convincente actuación.

28. The good fight (Temporada 4 – CBS)

The good fight es un caso complejo. Es la secuela de la exitosa The good wife, por lo tanto es un producto mainstream que emite la CBS, la segunda cadena abierta más grande de Estados Unidos con un posicionamiento político de corte centro-liberal que, no obstante ello, se convirtió en un programa abiertamente anti Trump y, haciendo honor a su nombre, lo combatió prácticamente sin escrúpulos durante sus cuatro años de administración. Y este año Trump perdió su reelección, y la serie se regodeó pegándole algunas de sus estocadas mediáticas finales, con episodios que, por ejemplo, abordan su vinculación con el depredador sexual Jeffrey Epstein o sus condecoraciones a militares criminales de guerra.
La cuarta temporada es la más rara de todas las que se hayan rodado hasta la fecha. Inicia con un capítulo que transcurre en una realidad paralela y todos se titulan con las palabras “The Gang…”, puesto que cada uno de ellos expone un desafío diferente al cual los abogados protagonistas tendrán que plantar batalla, en orden de mantener una relativa independencia de los poderes fácticos que los presionan. Finalmente y más allá de Trump, ese seguirá siendo el asunto de este drama legal, los límite éticos y morales entre los cuales debe moverse ese bufete afroamericano de Chicago, en su trato diario con las grandes corporaciones y los partidos políticos.

27. Feel good (Temporada 1 – Channel 4 & Netflix)

Chica hétero conoce a chica homo, y ahí empieza una de las historias de amor más linda del año. La primera, George (Charlotte Ritchie), es una maestra treinteañera inglesa que no tiene realmente amigos, y lleva algún tiempo sin conocer a alguien; mientras que la segunda, Mae (Mae Martín), es una comediante canadiense que todas las noches recibe bostezos y groserías como respuestas a su stand up en un pub de Londres, en el cual acabó tras años de andar rodando y estar alejada de sus padres, debido a sus problemas con las drogas y la inconsistencia que define su vida.
En la senda de la nueva comedia británica de la cual es cabecera Fleabag (Phoebe Waller-Bridge), Mae Martín coescribió esta otra junto a Joe Hampson, la cual también tiene sus episodios de media hora de duración pero que, no obstante, parece tener una mayor influencia autobiográfica. Tampoco tiene la acidez de la creación de Waller-Bridge, pero aún así logra abordar con buen humor el tópico del amor millenial y reflexionar acerca de las incomodidades en los roles preconcebidos de aquellas relaciones amorosas que buscan escapar a la heteronormatividad.

26. A teacher (Temporada 1 – HBO)

A teacher es la historia de la tormentosa relación abusiva que se desata entre una profesora de colegio secundario y su alumno menor de edad. Kate Mara compone de gran manera a Claire, una docente treintañera de inglés que, cuando se incorpora a la escuela Westerbrook en Texas, comenzará a canalizar todas sus insatisfacciones a partir de permitirse un romance con el atractivo Eric (Nick Robinson), un estudiante de último año y capitán del equipo estudiantil de futbol.

25. Mythic quest: raven’s banquet (Temporada 1 – Apple TV+)

Una de las rarezas fue esta comedia que transcurre en las instalaciones de un empresa ficticia de videojuegos, para la cual estuvo involucrada en tareas de asesoramiento otra real, la francesa Ubisoft Entertainment. Es decir, en el año que más tiempo pasamos enfrente de nuestras pantallas, apareció esta sátira enfocada justamente en una de las industrias más pujantes de la actualidad, que además contó con asesoría interna desde el seno de uno de sus máximos exponentes. Aún así la idea original le pertenece a Rob McElhenney, quien además toma el papel de Ian Grimm, el ególatra director creativo.
¿De qué va entonces? En las vísperas del lanzamiento de «Banquetes de cuervos», una problemática expansión para Mythic Quest, el videojuego insignia de la compañía, la personalidad narcisista de Grimm chocará con la del resto de su equipo de desarrollo, ninguno de ellos tampoco muy equilibrados que digamos. Por allí andarán la estresada jefa de desarrollo Poppy Li, tratando de traer un poco de cordura al grupo, el dócil productor ejecutivo David Brittlesbee, su desubicada asistente Jo, el egoísta jefe de monetización Brad, y el alcoholizado decadente guionista en jefe C.W. Longbottom (ganador de un premio Nébula, ojo). A excepción del muy buen quinto capítulo que funciona como un impasse narrativo con repercusiones para el final de la temporada, cada uno de los restantes nueve se transforma consecutivamente en un escalón más hacia el caos laboral dentro de una organización exenta de liderazgos. Hablando de eso, otra singularidad fue que el episodio de cierre haya sido filmado durante el confinamiento, preservando la vara de la calidad técnica y siendo uno de los mejores de la tira.

24. Trying (Temporada 1 – Apple TV+)

Otra de las revelaciones del año fue esta comedia británica de Andy Wolton. Nikki (Esther Smith) y Jason (Rafe Spall) son una pareja de treintañeros que deciden adoptar su primer hijo después de haber agotado todas las vías naturales y tratamientos de fecundación para quedar embarazados. Las renovadas esperanzas para ser padres que les abrirá esta vía, se irán diluyendo ante la burocracia del sistema de adopción y las inseguridades respecto a si están realmente aptos para hacerse cargo de un niño.

23. High Fidelity (Temporada 1 – Hulu)

En 1995 Nick Hornby publicó la historia de Rob Fleming, un treinteañero melómano, algo inmaduro y propietario de una ruinosa tienda de discos en Londres, al que una nueva ruptura con su novia lo llevaba a repasar su historial de fracasos amorosos, al tiempo que se preguntaba si le gustaba la música «porque soy infeliz, o soy infeliz porque me gusta«. El libro fue llevado al cine en el 2000 por Stephen Frears con John Cusack como protagonista -¿su actuación más rescatable?- y este año, coincidentemente con una reedición celebratoria por parte de la editorial Anagrama (qué traducción al español horrible que se mandaron, chicxs) Hulu decidió reactualizarla con la cada vez mejor Zoë Kravitz.

22. The Mandalorian (Temporada 2 – Disney+)

The Mandalorian es más que una aventura dentro del universo de Star Wars, es un gran homenaje al género del western que, para su segunda temporada, redobló la apuesta y tomó inspiraciones de toda la historia del celuloide para nutrir prácticamente todas sus emisiones. Es así como en la primera de ellas podemos toparnos con guiños al Dune de Frank Herbert, en la segunda a Alien o The lord of the ring, en la quinta al cine de samuráis y en la séptima a Indiana Jones. Y todo esto es posible porque detrás de ellas hay un auténtico cinéfilo como el showrunner Jon Favreau (recordemos que hasta condujo Dinner fo five, un ciclo televisivo de cenas con personalidades de Hollywood donde se charlaba sobre el séptimo arte). Muchísimo le deben las sagas modernas de superhéroes y la franquicia galáctica a Favreau, y algún día le será debidamente reconocido. Para suma de buenas noticias, Bryce Dallas Howard y Robert Rodriguez dirigen algunos de los capítulos más interesantes y la temporada se cierra con uno de los mejores cliffhangers. Ojalá tanto The Mandalorian como su próximo spin-off The book of Boba Fett, sigan en esa tónica. Como dirían los mandalorianos, “this is the way”.

21. We are who we are (Temporada 1 – HBO)

Las series son el formato de la actualidad, prueba de esto son los cineastas que siguen incursionando en ellas. Luca Guadagnino, el director que en 2017 deslumbró al mundo con Call me by your name, compuso para HBO una historia que se mete de lleno en el día a día de una ficticia base militar estadounidense instalada en Chioggia, Italia. El ambiente elegido por Guadagnino es bien extremo para poder tensionar así su indagación sobre la nueva generación de centennials criados por fuera de su tierra natal, a quienes se los conoce como jóvenes de “la tercera cultura”. Sus protagonistas principales son dos adolescentes que se conocerán en la base militar a la que sus familias han sido destinadas en el cumplimiento del deber. Fraser Wilson (Jack Dylan Grazer), el hijo de la nueva comandante, es un joven iracundo e irreverente que descubrirá en su amiga Caitlin (Jordan Kristine Seamón) un refugio emocional y una vía de escape frente tanta incomprensión adulta y rigidez institucional. Esa rigidez en los tratos y en las concepciones es lo que entra mayoritariamente en conflicto con los chicos y su proceso de autodescubrimiento. We are who we are pone atención en los cambios de paradigma que los cenntenials atraviesan en cuanto a la naturaleza de sus vínculos y su percepción fluida de las identidades, donde no es necesario definirse y cada uno puede ser lo que es.

20. Unorthodox (Temporada 1 – Netflix)

Unorthodox cuenta la odisea de una esposa de 19 años que huye de un matrimonio concertado bajo los dogmas cercenantes de la comunidad judía ortodoxa jasídica, los cuales asignan nulas libertades a las mujeres.

19. Raised by wolves (Temporada 1 – HBO Max)

Hay apellidos que son sinónimos de géneros fílmicos, y Riddle Scott lo es de la ciencia ficción. Raised by wolves representa el regreso tras las cámaras del mejor Scott en largo tiempo, con un guion que aunque haya sido pensado por Aaron Guzikowski y no por él, reproduce muchas de sus señas distintivas: el terror espacial de Alien, la batalla por la supervivencia humana de The Martian, la humanización de los androides de Blade Runner, y la más reciente inquietudes religiosas de Prometheus. Scott graba los dos capítulos iniciales y su hijo los dos siguientes, para esta epopeya sci-fi relativa a un grupo de niños que, bajo el cuidado de dos androides denominados Madre y Padre, son enviados a un recóndito planeta para salvaguardar la raza humana, luego de que una guerra desatada en la Tierra entre una corriente religiosa y otra atea amenazara la supervivencia de la especie.

18. Little fires everywhere (Temporada 1 – Hulu)

Little fires everywhere enfrenta a dos mujeres con orígenes y concepciones sobre la vida y la maternidad muy disimiles entre sí, para ofrecer una reflexión sobre las desigualdades de origen, la disparidad de oportunidades y el racismo. Reese Witherspoon va a lo seguro, y compone un personaje como el que ya venía haciendo para Big Little Lies (2017-), una mujer de clase media alta, conservadora, elitista, que pone en segundo plano su carrera como periodista en un diario local de Ohio para priorizar la crianza de sus 4 hijos adolescentes con pretensiones universitarias de excelencia; mientras que Kerry Washington encarna a una madre soltera, artista ella, bohemia y desarraigada, que llegará al pueblo de Witherspoon con su hija y un secreto que buscará proteger a toda costa. Basada en la novela homónima de Celeste Ng, y respaldada por dolorosos parlamentos en las actuaciones de Witherspoon y Whashington (quienes además figuran como productoras ejecutivas), la serie cobró aún mayor trascendencia como consecuencia de las manifestaciones del movimiento #blacklivesmatter.

17. Ozark (Temporada 3 – Netflix)

Si la primera temporada de Ozark fue muy buena y la segunda aún mejor, esta es verdaderamente impactante. Ya no es la legítima heredera de Breaking Bad, sino que es mucho más, ya que se ha ganado una entidad por si sola y es su antítesis perfecta: si una hizo del árido y caluroso Albuquerque toda una marca registrada incluso para su spin-off Better Call Saul, la otra, para diferenciarse, se mudó rápidamente a los boscosos y norteños lagos de Ozark; si Walter White irrumpía como un outsider en la industria de las drogas por una necesidad personal, los Byrde se metieron ahí por ambiciones propias; si en una la fachada consistía en una lavandería y un popular restaurante de comida rápida bautizado “Los pollos hermanos”, en la otra el dinero se lava con la complicidad política en un lujoso casino flotante; si la esposa de Walter tardaba en descubrir los delitos de su marido, los Byrde siempre estuvieron en ello juntos; si a lo largo de las temporadas Walter se iba corrompiendo y abrazando el mal a medida que el cáncer lo abrazaba a él, desde un primer instante los Byrde trataron de abrirse y escapar de los carteles mexicanos. O al menos eso parecía hasta ahora… En esta nueva edición asistiremos al ascenso de Wendy Byrde (una excelsa Laura Linney) dentro de la estructura de poder y cómo se acrecientan las discrepancias con su esposo Martin (el gran Jason Bateman) acerca de cuál es la mejor estrategia para mantener a salvo a la familia, más aún tras la irrupción en el tablero de Ben (Tom Pelphrey), el hermano ella, como una de las piezas que hará peligrar toda la operación.

16. Gambito de Dama (Temporada 1 – Netflix)

En el año en que la mayoría de la humanidad pasó más tiempo en su casa que en el exterior, un juego de mesa centenario como el ajedrez fue el eje transversal de una de las miniseries sensación que hubo, la cual acabó convirtiéndose en la más vista de la plataforma Netflix. Con una soberbia participación de Anya Taylor-Joy, Gambito de Dama nos presenta los comienzos y el ascenso de una niña huérfana de 9 años para convertirse en la más grande maestra de su tiempo, dentro de un juego caracterizado por el relego de las mujeres y la hegemonía soviética, con 5 campeones del mundo entre los 60′ y 70′.
Esta historia, como muchas otras acerca de «genios» precoces, es la de sus triunfos en las disciplinas que los apasionan, aunque también la de las derrotas en sus vidas privadas y el acorralamiento de sus fantasmas. Pero además, es un mensaje sobre la importancia del acompañamiento de determinadas personas en los instantes de mayor soledad y desesperación. La emotividad está reforzada por un excelente score musical.

15. Fargo (Temporada 4 – FX)

La serie antológica creada por Noah Hawley e inspirada en la afamada película homónima de los hermanos Cohen, retornó este año con una cuarta parte luego de un parate de tres años. Es la primera vez que se escapa de los límites originarios de Minnesota, para narrar la guerra entre las mafias afroamericana e italiana por dominar los negocios sucios de Kansas City durante 1950. La endeble paz entre unos y otros, los Cannon y los Fadda, se verá quebrada cuando el capo de los segundos sea asesinado y se desencadene una escalada de violencia entre ellos. Con el segregacionismo estadounidense de mediados del siglo XX como telón de fondo, la serie reduce sus inconfundibles cuotas de absurdo de las temporadas pasadas y del film-base de 1996, aunque guarda algunos personajes extravagantes, dentro de un reparto encabezado por Chris Rock y Jason Schwartzman, con Ben Whishaw, Jessie Buckley y Jack Huston. Es la más política de todas las entregas.

14. Sex education (Temporada 2 – Netflix)

Si algo le faltaba a Sex education era revalidar en su segunda temporada que es una de las comedias más originales sobre el despertar hormonal y el descubrimiento sexual adolescente. A las actuaciones de la hipnótica Gillian Anderson como la Dra. Jean F. Milburn y de Asa Butterfield como su hijo Otis, y los desencuentros amorosos de este con su amiga Maeve Wiley (Emma Mackey), el valor agregado de esta nueva entrega pasa a ser la ampliación narrativa que se les da muchos de los roles secundarios, lo cual vuelve a la serie aún más divertida e interesante. Adicionalmente y como hasta ahora, su banda sonora es imbatible.

13. ZeroZeroZero (Temporada 1 – Sky & Amazon Prime Video)

Como era esperable, este año también se estrenaron algunas producciones ligadas a la temática del narcotráfico, como la ultrasangrienta Gangs of London, las referidas Ozark, Marcella y Better call Saul, pero la que más lo expuso como el fenómeno global que es, fue la italiana ZeroZeroZero. De Roberto Saviano poco se puede decir que no se sepa ya; fue el periodista que en 2006 concentró atención internacional por destapar los negocios de la Camorra napolitana en su libro Gomorra. Desde entonces su vida ha tenido dos constantes: vive con paradero desconocido y acompañado de custodia a causa de haber quedado marcado por el clan criminal, al tiempo que colabora como especialista con distintos medios de comunicación impresos.
ZeroZeroZero es una adaptación de su polémico cuarto libro -el primero ya había pasado por el mismo proceso con unas excelentes película y serie homónimas- donde, con eje en un cargamento millonario de cocaína que se negocia y se transporta desde México a Calabria pasando por Estados Unidos, Senegal, Mali y Marruecos, la serie congrega los tres eslabones que intervienen en la cadena de comercialización; es decir, los productores, los intermediarios y los compradores. Los Leyra controlando las barriadas populares de Monterrey, los Lynwood, que desde los barrios residenciales de Nueva Orleans digitan el tránsito de buques mercantes, y los La Piana, que en las costas de Gioia Tauro aguardan el arribo de la mercancía, conforman ese triángulo de intereses comunes que se verá detonado por el choque entre ambiciones personales, las palabras de honor y el precio de la sangre. Que esté creada y parcialmente dirigida por Stefano Sollima, es lo que explica su tono fílmico entre Gomorra (2014-) y Sicario II (2018), ya que el italiano es también el firmante de esas dos. El argentino Pablo Trapero, otro probado en estas lides, dirige los últimos tres capítulos, mientras que el afamado Gabriel Byrne tiene una fugaz aparición actoral.

12. Industry (Temporada 1 – BBC 2 & HBO)

En 2020 no hubo tercera temporada de Succession puesto que, al igual que muchas otras producciones, su rodaje tuvo que aplazarse como consecuencia de la pandemia. A falta de esta, la serie más incómoda y salvaje que se vio este año fue la británica Industry. Su título nada tiene que ver con aquella rama de la economía abocada a la generación de riqueza a través de la producción, sino todo lo contrario, ya que su tema es, en realidad, el de la especulación financiera. De hecho su título hace referencia a ese submundo bursátil que se rige por sus propias reglas despiadadas y selváticas, cuya lógica y funcionamiento deberán interiorizar a los golpes sus cuatro protagonistas, un grupo de graduados universitarios que son seleccionados para competir entre sí por puestos laborales fijos en el prestigioso banco londinense Pierpoint & Co.
Poco parece haber cambiado en la «city» desde que, a finales de los 80′ y del otro lado del Atlántico, Gordon Gekko, aquel personaje mítico que inmortalizó Michael Douglas y que le valió un Oscar de la Academia, expusiera la crudeza y la indecencia de las guerras financieras. Si en Wall Street el dinero nunca duerme, en Londres tampoco, y quienes lo persiguen menos, en especial si son egresados universitarios recientes. Las drogas y los excesos ayudan a soportar las largas noches de giras con los clientes y a sedar las presiones cotidianas de un ambiente donde la «cultura laboral» es una fachada para designar una corporación machista, super jerarquizada, definido por los éxitos y donde la traición es moneda corriente.

11. The Crown (Temporada 4 – Netflix)

Llegó el neoliberalismo a The Crown, y con ello una de las etapas más negras del Reino Unido. Las supuestas políticas modernistas de Margaret Thatcher, que solo trajeron la destrucción del sector público, la industria y la precarización de la clase trabajadora, chocarán contra las costumbres y las ideas conservadoras de la familia Real. Gillian Anderson compone una correcta Margaret Thatcher (si bien en determinados pasajes, la reconstrucción del rictus thatcheriano parece limitarla), mientras Emma Corrin recrea a un frágil pero encantadora Lady Diana. Podría haber quedado algunos puestos más arriba en el ranking, si no hubiese sido por la liviandad con que que pasa por ciertos temas, como el de la Guerra de Malvinas. Por lo demás, Peter Morgan vuelve a aplicar su imbatible fórmula de diálogos angustiosos entre miembros de la Corona, lamentos por sus deberes reales, metáforas lineales y la majestuosidad en los vestuarios, locaciones y reconstrucción de época, que tanto rédito le han dado hasta ahora.

10. The good lord bird (Temporada 1 – Showtime)

«Todo esto es verdad. La mayoría sucedió«, con ese retruque aclaratorio se anunciaba la biopic de Showtime sobre John Brown, uno de los precursores del antiesclavismo en Estados Unidos, quien creía en la acción armada como único método para liberar a la población afroamericana de la opresión. Infundido de una insondable fe religiosa, proclamaba que todos los hombres eran iguales a los ojos de Dios y reunió una diminuta milicia mayormente compuesta por sus propios hijos para liberar esclavos afroamericanos e incrementar las tensiones entre los Estados del norte y del sur que posteriormente desembocaría en las guerras de Secesión.
Historias de este estilo se pueden contar de de diversas formas: como la tortuosa 12 años de esclavitud (2013), como la trágica y épica Free State of Jones (2016) o como la violenta Django sin cadenas (2012). En términos generales, The good lord bird está más emparejada con esta última de Quentin Tarantino, sin embargo su tono narrativo la acerca más a una obra de los hermanos Cohen, en especial True grit (2010), ya que ambas están contadas con algo de humor desde las voces de unos niños. Mención aparte merece Ethan Hawke como John Brown, en el que posiblemente sea el mejor papel de su carrera, /encarnando a este abolicionista alucinado, enérgico, renegado y perseguido por la ley, que también llegó a ser «conductor» del Ferrocarril Subterráneo, la legendaria red secreta de auxilio que ayudaba a los esclavos del sur a huir hacia los Estados del norte y Canadá. Al propósito de esta organización clandestina, Amazon prepara para este año una serie nueva, ¡así que atentos!

09. Mrs. America (Temporada 1 – Hulu)

En la década del 70’ los movimientos feministas estadounidense se movilizaron para que fuese integrada a la Constitución la Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA por sus siglas en inglés), la cual aspiraba a terminar con las desigualdades legales entre hombres y mujeres en cuestiones de divorcio, empleo y propiedad. Mrs. America reseña esta revolución comandada por las mujeres, aunque lo hace con una inversión narrativa muy interesante, porque su eje troncal no es una de las impulsoras de esas modificaciones legales, sino una opositora que fue ganando notoriedad en la agenda pública a medida que los debates se sucedían. La formidable Cate Blanchett da vida a Phyllis Schlafly, una ama de casa conservadora que armó una contracampaña para bloquear la aprobación de la ERA. Con apoyo del lobby político de los republicanos, se transformó en un escollo inesperado para las distintas orientaciones que convivían hacia el interior del feminismo: el ala fundadora de Betty Friedan (Tracey Ullman) con las nuevas generaciones de Gloria Steinem (Rose Byrne), la corriente moderada de Bella Abzug (Margo Martindale) y la más radicalizada de la ex candidata presidencial y primera congresista mujer afroamericana Shirley Chisholm (Uzo Aduba). La serie va ganando fuerza a medida que logra ordenar su relato y compatibilizar dentro de él el impacto de los aspectos personales de cada personaje con su visión política, en especial el de Schlafly, quien experimenta en carne propia como las posturas machistas y patriarcales del sector que defiende, terminaron por restringir el vuelo de su figura política por su condición de mujer.

08. Tales from the Loop (Temporada 1 – Amazon Prime Video)

La joyita de esta lista está inspirada en un libro artístico homónimo del diseñador gráfico Simon Stålenhag y, como su nombre lo deja entrever, se trata de un puñado de historias emplazadas en una década de los 70′ alternativa, donde se exploran las conexiones entre los sucesos extraordinarios y las circunstancias cotidianas de los habitantes de un pueblo en Ohio. Allí está instalado un establecimiento científico bautizado como “El Bucle” (The Loop), el cual es el corazón del pueblo, puesto que emplea a una porción de este y en su interior se realizan experimentos y funciona una máquina que tiene como fin desentrañar los enigmas del Universo. Los pobladores cohabitan con esas tecnologías avanzadas y misteriosas, las cuales pueden hallarse perdidas por los bosques, descartadas en las campiñas o abandonadas en islas.
Aunque menos tiene que ver con la ciencia ficción que con los asuntos humanos esta serie, donde la tecnología futurista apenas es un medio para discurrir por temas movilizantes como la soledad, la amistad, el amor, la muerte, la frustración de los sueños, la fraternidad y la lealtad. Desde el lado de la ciencia ficción, no trae nada novedoso al género, pero sí desde su tratamiento, haciéndolo de una manera tan agradable que es un placer verla.
Además esta inundad por un hermoso score en piano del compositor Philip Glass, que transfiere la melancolía de los personajes y el lugar.

07. The new Pope (Temporada 1 – HBO & Sky)

Hay series que se parecen a todas y otras que no se parecen a ninguna. Esta es una de las segundas. Nueve meses y tres trasplantes de corazón después, la serie del italiano Paolo Sorrentino prosigue los eventos que habían clausurado a su precursora The young Pope, donde el Papa más joven de la historia del catolicismo, el magnético Lenny Belardo interpretado por Jude Law, sufría un paro cardíaco en el décimo episodio. Por consiguiente, en The new Pope la crisis que aquello desata en el seno del Vaticano, no deja otra alternativa que hallar su reemplazo, entretanto la Plaza de San Pedro se colma de fieles que demandan saber el estado de salud de Lenny. El elegido será Sir John Brannox (John Malkovich), un aristócrata inglés que saldrá de su reclusión palaciega para calzarse la sotana papal y conducir los rumbos de la Iglesia católica.
Pero a Malkovich le pasa un poco lo mismo que a su personaje: el simple hecho de que Lenny siga respirando hace para sus fieles y para los televidentes su vuelta todavía más anhelada, y tanto la actuación de Malkovich como su papel quedan disminuidos por el carisma (que emana inclusive comatoso) y lo que implica Jude Law para la serie. En esa comparación, el que sale ganando es quien oficia de genuino motor de The new Pope, hablamos del Cardenal Angelo Voiello, brillantemente interpretado por Silvio Orlando, el cual agiganta su figura dramática en ausencia de Lenny. Por su parte, el italiano Paolo Sorrentino sigue probando que es uno de los directores más completos y versátiles de la actualidad, demostración de ello es la mitad del capítulo 5, que se estructura como un compendio secuencial de fotogramas armonizados al ritmo de la respiración de Lenny Belardo.

06. The last dance (Temporada 1 – Netflix)

En el mismo año en que un tal Lionel Messi amagó con dejar su amado Barcelona F. C. entre un torbellino de rumores que lo vinculaban a dos de las franquicias futbolísticas más poderosas del presente como el Manchester City y el París Saint-Germain, se estrenó esta serie que nos llevó a preguntarnos: ¿fueron los Chicago Bulls de Jordan, Pippen y Rodman, bajo la batuta del entrenador Phil Jackson, el primer equipo moderno de la historia del deporte? Es difícil precisarlo con seguridad, pero sus conquistas deportivas y su consecuente impacto en el negocio del basketball, justo cuando a comienzos de los 90′ el mundo del deporte comenzaba a virar hacia una nueva era de megaprofesionalización e hipermercantilización podrían respaldar esta hipótesis. Ese dream team no solo le dio a los Bulls su sexto anillo de la NBA, sino también su segundo triplete, trastocando de esta manera la lógica económica y organizacional de toda una franquicia debido a su peso específico dentro y fuera de las canchas. Pero en 1997 cuando iban en búsqueda de su sexta corona, los directivos dictaminaron que ese sería el último año del entrenador Jackson y que sería necesario un recambio generacional para esos monstruos de las victorias.
Tomando como punto de partida los preparativos para ese torneo de despedida y con una dosis apabullante de inestimable material de archivo, The last dance es un repaso por la carrera del máximo jugador de basketball de todas las épocas y de quienes lo secundaron en su viaje hacia los confines de la autosuperación para demoler récords propios y ajenos.

05. Better things (Temporada 4 – FX)

Hace 4 años que la multifacética Pamela Adlon -es actriz, intérprete de voz, guionista y productora- encabeza su propia serie coescrita con su socio Louis C.K. en torno a una actriz de mediana edad, madre divorciada de tres adolescentes demandantes, ingratas e inseguras por las cuales se desvive. Es una comedia notable, con supremacía de personajes femeninos y el ojo de una aguda mujer presto para enseñar(nos) las cosas que les pasan, en mayor o menor medida, a todas: cómo hace malabares para conciliar su declinante carrera profesional en una industria competitiva y superficial, con la crianza de sus agotadoras hijas, el mantenimiento de una vida sexual y amorosa estimulante, el cuidado de una madre entrometida e insensible, las reyertas con un ex marido ausente y la conexión con sus amigas, divorciadas o madres solteras como ella. Esto sin caer nunca en los golpes bajos, ya que como cantaban los Kinks en la canción que le da el título, no importa cuán malo parezca el presente, la esperanza estará puesta en que lo que venga sea mejor.

04. Grand Army (Temporada 1 – Netflix)

Grand Army es una secundaria de excelencia de Brooklyn, la cual un día queda bajo el perímetro de un atentado terrorista perpetrado en ese barrio neoyorkino. Los protocolos de seguridad obligan a las autoridades a mantener a los alumnos retenidos en las instalaciones educativas hasta el esclarecimiento de los hechos. Hasta ahí es probable que uno no termine de entender de qué va la serie adaptada de la obra de teatro homónima de Katie Cappiello, y es posible que tampoco lo haga en los episodios consecutivos hasta que todo empiece inconteniblemente a aflorar como consecuencia de un suceso aparentemente inconexo pero conmocionante, el cual destapa problemas raciales, de inequidades sociales, discriminación, bullying y abusos sexuales experimentado principalmente por cinco de esos estudiantes. A pesar de sus altibajos, Gran Army es una auténtica mirada sobre los traumas adolescentes.

03. Better call Saul (Temporada 5 – AMC)

¡El momento ha llegado! La cuarta temporada sobre este estrafalario abogado que toma atajos ya había dejado el terreno allanado para el surgimiento de Saul Goodman, hecho que se concreta en el episodio de apertura de esta quinta entrega. Titulado como “Magic Man”, oficializa la nueva identidad profesional de Jimmy McGill (Bob Odenkirk) como litigante. Pero eso no es todo, el cuarto episodio significara el reencuentro con otro recordado personaje de Branking bad, el agente especial de la DEA Hank Schrader, en unas divertidísimas escenas donde ambos se sacan chispas. Claramente es la mejor temporada de una serie a la que le será difícil disputarle a Breaking bad su mística en el corazón de los fanáticos, pero que en cuanto a calidad artística y narrativa ya está muy cerca, ratificando las dotes de los intérpretes y de la dupla Vince Gillian-Peter Gould como creadores de, probablemente, el mejor spin-off de este siglo.

02. Normal people (Temporada 1 – BBC & Hulu)

Connell (Paul Mescal) es un adolescente irlandés, muy popular en su último año de secundaria, donde además es capitán del equipo escolar de fútbol gaélico. Marianne (Daisy Edgar-Jones) es todo lo opuesto, un chica de clase alta en un ambiente familiar conflictivo, retraída, solitaria, introvertida, tildada de rara por sus compañeros y objeto de bullying. Pero no todo son diferencias entre ellos: los dos son excelentes estudiantes que transitan la incomodidad de no poder encontrar un lugar donde sentirse auténticamente libres… hasta que comienzan a frecuentarse y conocerse más en la intimidad. En 12 capítulos, la serie abarca sus vaivenes amorosos desde el final de la secundaria hasta el final de la universidad, pasando por sus reiteradas rupturas, sus relaciones con otros, los celos, la amistad interminable entre ambos, el apoyo mutuo y los caminos de la vida que a veces se bifurcan.
Normal people fue el best-seller que 2018 consagró a su autora Sally Rooney entre los lectores millenials por condensar las inseguridades de la generación que es hija de la crisis del 2008, contemplando la decadencia económica de una fracción de la clase media europea (la madre de Connell trabaja como empleada doméstica en la casa de la familia de Marianne, y él depende de becas para poder realizar sus estudios universitarios). Es la historia de amor/desamor más linda que verás este año, ampliamente solventada en las interpretaciones de Mescal y Edgar-Jones, que te hará llorar y enternecerte como ninguna otra de las que se hayan estrenado en este 2020.

01. I may destroy you (Temporada 1 – BBC & HBO)

«Antes de ser violada, nunca le presté mucha atención a ser mujer. Estaba muy ocupada con ser negra y pobre. Osar observar el riesgo que mi sexo puede imponer a mi libertad y supervivencia, parece una traición al proyecto habitacional donde nací y me crié, donde las dificultades no respetaban los genitales…» Era inevitable que una serie que enarbolara un parlamento tan crudo y complejo como este, no quedara como lo mejor y lo más interesante del año. Sobre todo si la mujer que la pronuncia es, además, la showrunner, directora y guionista que apoyó su creación en su propia experiencia personal. Michaela Coel, tal es su nombre, pertenece a esa nueva ola de artistas treinteañeros como Phoebe Waller-Bridge y Mae Martín, llamados a renovar la televisión británica desde la proposición de temas asociados a su generación.
El tópico de I may destroy you es el consentimiento en las relaciones sexo-afectivas y su foco es el de la víctima, cómo procesa una violación, cómo lidia con el trauma. En ello es fundamental el acompañamiento de todas las piezas involucradas, los amigos, la familia, su empleador, pero también las instituciones públicas.
¿Cómo se vería una historia millenial de corte alternativo, si tuviese que ser plasmada en una serie? Bueno, probablemente como la Euphoria de Sam Levinston o como esta de Michaela Coel quien, al igual que sus colegas contemporáneas británicas, elige el formato corto de media hora, música de hip hop o R&B (el gran tema del show es Nightmares de Easy Life) y una plétora de colores para descolocarnos con una propuesta acerca del abordaje de estos asuntos, demostrando que no existe un única manera de plantarle cara a los abusos y a los abusadores. Ese quizás sea el espíritu de su último episodio, el más importante de todos y el que más debates suscitó.

Bonus Track I: Episodios especiales de Euphoria (2 Capítulos – HBO)

¿Qué dirían si les contara que un alto porcentaje de todos los temas que repasamos a través de este ranking tranquilamente podrían estar concentradas en los dos episodios especiales de Euphoria, en particular en el primero de ellos (aunque, ya que estamos, también les recomendamos verlos en orden invertidos)? Otra vez una magnífica Zendaya y una Hunter Schafer que no se queda muy atrás, tuvieron un capítulo exclusivo destinado para cada uno de sus personajes. El primero, «Trouble Don’t Last Always», fue rodado en la famosa cafetería californiana Frank’s Coffee Shop donde Rue y su padrino de adicción Ali (Colman Domingo) se juntan para la cena de Nochebuena. Fue habilitado el 6 de diciembre para su visionado y, en medio de lo que fue un año terrible para la humanidad, pretende dejar un mensaje esperanzador en las palabras de Ali a una sufriente Rue. El segundo fue subido el 24 de enero, transcurre mayoritariamente en una consulta de Jules con su terapeuta tras su fuga en tren de la primera temporada, y nos permite saber más en lo tocante a los motivos de la ruptura amorosa de las chicas.

Bonus Track II: L’effondrement (Temporada 1 – Canal+)

Así como el COVID-19 llevará por siempre en sus siglas la referencia al año en que se registró el brote epidémico en la provincia de china de Wuhan a pesar de que luego su diseminación haya hegemonizado por completo y desde todo punto de vista el 2020, L’effondrement tampoco se estrenó ese año, si no que la serie en realidad corresponde al 2019. Pero al paso que la enfermedad iba adquiriendo estatus de pandemia, las fronteras de los países se cerraban, los espacios públicos se clausuraban, el tránsito de las personas se limitaba, las medidas gubernamentales de aislamiento recrudecían y en varios países los sistemas hospitalarios lamentablemente se veían desbordados, el run run sobre El colapso (tal su título en español que mantuvo la traducción al pie de la letra) se acrecentaba. Su pertinencia radicó en que imaginaba los días ulteriores al colapso de la sociedad capitalista a causa de una progresiva escases de recursos. Cada capítulo filmado en plano secuencia con una extensión de entre 15 y 20 minutos, se asoma a las efectos del colapso y al accionar de los personajes en distintas regiones de Francia. Allí contemplamos como la necesidad de la supervivencia da lugar a los mayores actos de solidaridad o egoísmo, de valentía o de pavor, conservando la calma o perdiendo el control ante la inminencia del fin.

Las otras que sí (otras buenas producciones para mencionar):

• Perry Mason (Temporada 1 – HBO)
• Love life (Temporada 1 – HBO Max)
• What we do in the shadows (Temporada 2 – FX)
• Amor y anarquía (Temporada 1 – Netflix)
• Gangs of London (Temporada 1 – Sky Atlantic)
• The nest (Temporada 1 – BBC)
• Dead water fell (Temporada 1 – Channel 4)
• The undoing (Temporada 1 – HBO)
• L’amica geniale (Temporada 2 – HBO & RAI)
• I know this much is true (Temporada 1 – HBO)
•Ten percent (Temporada 4 – Netflix)