Bloodline es una de las nuevas apuestas televisivas que la plataforma de streaming Netflix ha lanzado para este año. Tras los éxitos de House of Cards y Orange is the New Black, y consolidada tanto en los niveles de audiencia como desde la recepción crítica, la compañía ha resuelto darle un lugar a un drama con contenido familiar. El responsable del mismo es Todd A. Kessler, un experto en la materia y otrora productor de la tercera temporada de Los Soprano. Él, conjuntamente a quienes también lo acompañaron en la creación de Damages, es el encargado de confeccionar esta historia de rencores y recuerdos tormentosos, con tintes de novela policial y repleta de secretos que pujan por salir a la luz...